El duelo y la pandemia. ¿Y tu ganancia?
mayo 5, 2022
Por Mónica Rodríguez G.
Estos dos años que han transcurrido nos han dejado huellas muy profundas, algunas de ellas se traducen en heridas emocionales de abandono, de rechazo, de humillación, de traición y de injusticia. Yo sé que esto es duro de leer y mucho más de sentir sin comprender siquiera que no están en la superficie sino en el inconsciente de tu mente.
Y no se trata de victimismo ni de juicios; se trata de tomar una pausa para mirarte desde una perspectiva compasiva y amorosa y desde ahí empezar a comprender lo que has vivido, lo que has sentido y cómo lo has sobrellevado contigo y con los que han estado cerca.
Como padres y madres de familia, nuestra responsabilidad nos llama a mirarnos fuertes y enteros para responder a las necesidades de nuestros hijos, pero quiero decirte que ellos no nos necesitan aparentando fortaleza y resistencia.
Nos necesitan rotos para que de nosotros aprendan a reparar sus alas y volver a volar; nos necesitan sensibles para que de nosotros aprendan que demostrar sentimientos y emociones no es debilidad sino valentía, y necesitan quien les muestre maneras sanas y ecológicas de gestionar sus emociones, sin lastimarse ni lastimar a los demás.
Por eso quiero decirte que en una crisis, en un duelo, en un momento de dificultad:
- Enfrenta tu dolor, reconócelo.
- Está bien lo que estás sintiendo, así lo sientes y se vale.
- Compártelo con quien sabes que puede escucharte, no tienes que vivirlo en soledad.
- Recuerda que para que haya calma primero hay caos; así que mantén la fe en que todo pasa y esto también pasará.
- Tus pensamientos son muy poderosos, así que ocupa tu mente a tu favor, pon en ella pensamientos amigables.
- Para aceptar el cambio hay que ir adecuando e implementando estrategias mentales y de comportamientos y conductas a la nueva realidad. ¡Hazlo de a poco, ten paciencia!
- Activa tu fortaleza emocional transformando el problema en un reto.
- Define cómo quieres verte en un futuro, cuéntate esa nueva historia para que tu cerebro la vaya reconociendo.
- Si tu duelo es por la muerte reciente de un ser querido, no tomes decisiones importantes ni trascendentes.
- Aprende a distinguir lo que puedes controlar de aquello que no está en ti controlar y practica el soltar. Te recomiendo que practiques ejercicios de respiración y mindfulness.
- Transmite serenidad en congruencia con lo que estás sintiendo.
- Revisa tus opciones, otros puntos de vista, identifica tus inseguridades, miedos y comodidad y toma tus propias decisiones considerando las posibles consecuencias.
- Se optimista, ni tú ni nadie tiene certeza de cómo será el futuro y nadie tiene derecho de quitarle la esperanza a otra persona.
- Busca tu propósito, resignifica el dolor porque la elección es tuya: superas el dolor y continúas creciendo o te instalas en el sufrimiento y contemplas la vida escaparse de tus manos.
- Recoge tus frutos. Una pérdida siempre conlleva ganancias ¿Cuáles son las tuyas?
Si sano yo sana mi mundo, si sana mi mundo sanamos todos.
Así que ya lo sabes, no existe la vida color de rosa porque nos impediría apreciar los múltiples tonos de lo que es vivir. Lo que sí existe es la luz, aquella que cuando la percibimos, por tenue que sea, comienza a aclarar lo oscuro del paisaje.
Trabajo de crecimiento
Te invito a responder las siguientes preguntas. Hacerlo te dará mucha luz y claridad para trabajar en sanar y agradecer también.
- ¿A quién has perdido con la pandemia?
- ¿Qué has perdido con la pandemia?
- ¿Qué has ganado con la pandemia?
- ¿De qué te puede servir haber pasado por esto?
- ¿Cómo puedes llevarlo de la mejor manera posible?
- ¿Qué harás a partir de hoy con la información que descubriste?
- ¿Cuál es tu motivación hoy para despertar mañana?
- ¿Tienes algo que agradecer?
- ¿Hace cuánto que no ríes a carcajadas?
- ¿Hace cuánto que no sientes paz en tu corazón?
- ¿Qué estás dispuesto a hacer para encontrar la paz que necesitas?
Lecturas recomendadas
- La muerte: un amanecer. Elizabeth Kübler Ross. Ediciones Luciérnaga. (Lectura para adultos)
- Los niños y la muerte. Elizabeth Kübler Ross. Ediciones Luciérnaga. (Lectura para adultos)
- Todo pasa y esto también pasará. Martha Alicia Chávez. Editorial Grijalbo. (Lectura para ti y tus adolescentes)
- Nana Vieja. Margaret Wild y Ron Brooks. Ediciones Ekaré. (Lectura para niños pequeños)
- Es así. Paloma Valdivia. Fondo de cultura económica. (Lectura para niños)
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Y no se trata de victimismo ni de juicios; se trata de tomar una pausa para mirarte desde una perspectiva compasiva y amorosa y desde ahí empezar a comprender lo que has vivido, lo que has sentido y cómo lo has sobrellevado contigo y con los que han estado cerca.
Como padres y madres de familia, nuestra responsabilidad nos llama a mirarnos fuertes y enteros para responder a las necesidades de nuestros hijos, pero quiero decirte que ellos no nos necesitan aparentando fortaleza y resistencia.
Nos necesitan rotos para que de nosotros aprendan a reparar sus alas y volver a volar; nos necesitan sensibles para que de nosotros aprendan que demostrar sentimientos y emociones no es debilidad sino valentía, y necesitan quien les muestre maneras sanas y ecológicas de gestionar sus emociones, sin lastimarse ni lastimar a los demás.
Por eso quiero decirte que en una crisis, en un duelo, en un momento de dificultad:
- Enfrenta tu dolor, reconócelo.
- Está bien lo que estás sintiendo, así lo sientes y se vale.
- Compártelo con quien sabes que puede escucharte, no tienes que vivirlo en soledad.
- Recuerda que para que haya calma primero hay caos; así que mantén la fe en que todo pasa y esto también pasará.
- Tus pensamientos son muy poderosos, así que ocupa tu mente a tu favor, pon en ella pensamientos amigables.
- Para aceptar el cambio hay que ir adecuando e implementando estrategias mentales y de comportamientos y conductas a la nueva realidad. ¡Hazlo de a poco, ten paciencia!
- Activa tu fortaleza emocional transformando el problema en un reto.
- Define cómo quieres verte en un futuro, cuéntate esa nueva historia para que tu cerebro la vaya reconociendo.
- Si tu duelo es por la muerte reciente de un ser querido, no tomes decisiones importantes ni trascendentes.
- Aprende a distinguir lo que puedes controlar de aquello que no está en ti controlar y practica el soltar. Te recomiendo que practiques ejercicios de respiración y mindfulness.
- Transmite serenidad en congruencia con lo que estás sintiendo.
- Revisa tus opciones, otros puntos de vista, identifica tus inseguridades, miedos y comodidad y toma tus propias decisiones considerando las posibles consecuencias.
- Se optimista, ni tú ni nadie tiene certeza de cómo será el futuro y nadie tiene derecho de quitarle la esperanza a otra persona.
- Busca tu propósito, resignifica el dolor porque la elección es tuya: superas el dolor y continúas creciendo o te instalas en el sufrimiento y contemplas la vida escaparse de tus manos.
- Recoge tus frutos. Una pérdida siempre conlleva ganancias ¿Cuáles son las tuyas?
Si sano yo sana mi mundo, si sana mi mundo sanamos todos.
Así que ya lo sabes, no existe la vida color de rosa porque nos impediría apreciar los múltiples tonos de lo que es vivir. Lo que sí existe es la luz, aquella que cuando la percibimos, por tenue que sea, comienza a aclarar lo oscuro del paisaje.
Trabajo de crecimiento
Te invito a responder las siguientes preguntas. Hacerlo te dará mucha luz y claridad para trabajar en sanar y agradecer también.
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- ¿De qué te puede servir haber pasado por esto?
- ¿Cómo puedes llevarlo de la mejor manera posible?
- ¿Qué harás a partir de hoy con la información que descubriste?
- ¿Cuál es tu motivación hoy para despertar mañana?
- ¿Tienes algo que agradecer?
- ¿Hace cuánto que no ríes a carcajadas?
- ¿Hace cuánto que no sientes paz en tu corazón?
- ¿Qué estás dispuesto a hacer para encontrar la paz que necesitas?
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- La muerte: un amanecer. Elizabeth Kübler Ross. Ediciones Luciérnaga. (Lectura para adultos)
- Los niños y la muerte. Elizabeth Kübler Ross. Ediciones Luciérnaga. (Lectura para adultos)
- Todo pasa y esto también pasará. Martha Alicia Chávez. Editorial Grijalbo. (Lectura para ti y tus adolescentes)
- Nana Vieja. Margaret Wild y Ron Brooks. Ediciones Ekaré. (Lectura para niños pequeños)
- Es así. Paloma Valdivia. Fondo de cultura económica. (Lectura para niños)