Disciplina positiva: Cómo implementarla en casa con hijos e hijas

abril 28, 2023

Comprendamos sus conceptos y pongámoslos en práctica

“Lo mejor es que tus hijos se acerquen a ti con respeto y amor… no con miedo y temor”.

-Johannes Ruiz Pitre-

¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “cuando sea papá o mamá, yo no seré como fueron conmigo”? Sabemos, y lo hemos reiterado en múltiples ocasiones, que no existen padres ni madres perfectos, pero frases como la anterior nos han invitado a replantearnos la manera en que se cría.

En nuestra cuarta sesión de Escuela para Crecer en Familia Monclair buscamos reflexionar y buscar herramientas que nos permitan educar y acompañar desde una paternidad y maternidad desde el amor y el respeto.

Recordemos que las sesiones que brinda el Colegio Monclair no son la solución mágica ni pretenden juzgar la crianza que se da a los hijos e hijas. El objetivo sigue siendo brindar las herramientas necesarias para disfrutar y hacer del proceso de crianza la mejor experiencia, tomando decisiones basadas en información precisa y actualizada que pueda ayudar a afrontar mejor los retos actuales de la parentalidad.

Comenzamos definiendo y comprendiendo qué se entiende por disciplina positiva y clarificando qué no lo es. Como lo mencionó la ponente Lucy Frausto, Educadora de Familias en crianza positiva y Coach de Vida, la disciplina positiva no es dejar que hijos e hijas hagan lo que quieran cuando quieran, tampoco es esperar y darles la responsabilidad de resolver situaciones para las que su nivel de madurez aún no les es posible.

La disciplina positiva se debe entender como “la doctrina o enseñanza que ayuda a entender la conducta inadecuada de infancias y jóvenes, promueve actitudes positivas hacia ellos y les enseña a tener buena conducta, responsabilidad y destrezas interpersonales por medio de los principios de generosidad, estímulo y respeto mutuo”.  (Clínica de la familia. 2020)

¿Qué significa esto? Pues que la disciplina positiva busca que padres y madres de familia tengan herramientas que los apoyen a guiar a sus hijos e hijas en forma positiva y efectiva y ayudarlos a ganar valor, confianza y destrezas, es decir, para ser seres humanos efectivos, felices y miembros contribuyentes al bienestar de su familia y la sociedad.

Esto exige siempre recordar y tener en cuenta algunos puntos importantes:

Cuando como papás o mamás generan relaciones con sus hijos e hijas en las que mantienen estos tres aspectos presentes, se forma un vínculo y se favorece ese equilibrio entre ser firme y ser amable.

Entendiendo que como adultos nuestro papel no es “barrer” todos los obstáculos que hijos e hijas se puedan encontrar en su camino, sino ser ese referente que, por medio de la combinación de la firmeza y la amabilidad, les inculca un ejemplo de respeto por ellos y nosotros mismos y que les da la confianza para intentar solucionar por ellos y ellas mismas.

¡Imaginemos el reto que representa para padres y madres lograr este equilibrio! La ponente expuso un ejemplo de la posible reacción que se puede llegar a dar cuando hijos o hijas se encuentran ante una nueva experiencia o reto en la que se piensa en un primer momento que es una ayuda en cuanto a prever futuros escenarios y qué puede implicar.

“Se viene el campamento por la graduación de sexto de primaria y es la primera vez que nuestro hijo o hija viaja con el grupo” Pensemos qué haría yo previo a este viaje.

Es muy probable que ante este panorama, papás y mamás busquen dar herramientas para que los menores no se sientan desprevenidos: si pasa “A” entonces haz “B”, pero si “C” no te asustes porque es normal pero avisa a… o haz…

Si bien este tipo de respuesta es algo esperado implica que se le está diciendo al menor qué es lo que les puede pasar, cómo se pueden sentir y qué deben hacer con relación a una situación determinada, lo que les quita la oportunidad de aprender y desarrollar su propio juicio respecto a lo que están viviendo.

Se recomienda que en su lugar, estemos atentos y atentas a lo que nos cuentan y aprendamos a leerlos de tal manera que cuando presenten una situación adversa o nueva sean capaces de desarrollar su propio criterio.

La manera en que podemos apoyarlos es a través de preguntas que les ayuden a comprender lo que están atravesando y a la vez nos permitan enterarnos de lo que nuestros hijos o hijas viven:

  • ¿Qué está pasando?
  • ¿Qué piensas de eso que está pasando?
  • ¿Cómo te sientes acerca de eso que está pasando?
  • ¿Cómo puedes usar este conocimiento la próxima vez?

Evitar hacer preguntas inapropiadas que pueden llegar a herir los sentimientos de las personas y hacerlas sentir indefensas o inadecuadas, por ejemplo:

  • ¿Por qué hiciste eso?
  • ¿Por qué te sientes de esa forma? ¿Por qué te enojas o tienes coraje?
  • ¿Por qué piensas así?

Tras explorar cómo es que estas preguntas nos pueden hacer sentir a nosotros como adultos, la invitación fue imaginar cómo es que podría hacer sentir a un pequeño o pequeña que busca agradar a sus cuidadores y se dio la palabra para escuchar de voz de los padres, madres y colaboradores que nos dimos cita qué es lo que hasta ese momento qué de lo que se había aprendido nos parecía  nuevo o más relevante.

Después de una escucha respetuosa la palabra “consecuencias” se hizo presente ¿Qué es realmente una consecuencia? ¿Qué no es lo mismo una consecuencia que un castigo? ¿Cómo saber qué o quién establece las consecuencias? 

Para dar respuesta a estas interrogantes, la facilitadora de la sesión explicó la clasificación de que se puede dar a las consecuencias:

  • Consecuencias naturales. Son sencillas y efectivas en el proceso de aprendizaje y ocurren de manera natural: si te paras bajo la lluvia, te mojas; cuando olvidas comer, te da hambre; si no lavas la ropa, se mantiene sucia. Les ayuda a comprender que algunas cosas no están bajo nuestro o su control.
  • Consecuencias lógicas. Son más complicadas y requieren de las acciones de madres y padres debido a que la consecuencia natural no es apropiada por poner en situaciones de riesgo al menor o a quienes lo rodean, pero deben estar relacionadas de alguna manera con la situación que las ocasionó. Ir al dentista porque nuestro hijo o hija jugó demasiado rudo y se lastimó.

Sea cual sea la consecuencia con la que se enfrente nuestro hijo o hija, es importante que como padres y madres demos atención y seguimiento a estas.

Ofrecer esa atención y seguimiento puede reducir grandes frustraciones y conflictos con los niños y niñas en el momento en que se les enseña cualquier destreza positiva de la vida. Significa que los padres deciden qué van a hacer hijos e hijas y entonces dar supervisión con generosidad y acción firme en lugar de darles un sermón o un castigo.

A continuación se presenta una tabla con cuatro pasos para dar un seguimiento efectivo y  cuatro obstáculos que desafían la efectividad de dar seguimiento:

Dar seguimiento efectivo a las consecuencias que enfrentan nuestros hijos e hijas nos ayuda a conectar, a establecer un vínculo efectivo a través del cual permite la existencia de emociones adecuadas que disponen a hijos e hijas a aprender. Por lo tanto, será necesario ese vínculo para inspirarles, interactuar y convivir.

Siendo este vínculo una conexión tan importante, Lucy Frausto nos facilita una serie de acciones que apoyarán en el desarrollo de ese vínculo.

Un vínculo efectivo implica:

  1. Tener una relación respetuosa y amigable que genera confianza y certeza.
  2. Hacer equipo para su relación como familia.
  3. Compartir experiencias de aprendizaje y que puedan inspirar la toma de decisiones y de consciencia adecuada.
  4. Promover la escucha entre madres y padres con sus hijos e hijas asertivamente.
  5. El vínculo está centrado en el objetivo: fomentar la construcción de la persona fortalecida en valores y crecimiento.
  6. Garantizar el respeto mutuo.
  7. Mantener las responsabilidades en casa.
  8. Sorprender periódicamente con actividades, temas y comentarios que sorprendan.

Conectar con nuestra propia experiencia como hijos y permitirnos ser visto por ellos como seres empáticos y humanos con los cuales pueden vincularse, apoyados en un estilo de crianza que equilibre la firmeza con la amabilidad, es el camino para ayudar a nuestros hijos e hijas a sentirse capaces y autónomos. 

A manera de cierre la invitación fue a reflexionar con ayuda de las siguientes preguntas:

  • ¿Alguna vez te has metido dentro del mundo de tu hijo o hija y has tratado de respetar y entender su punto de vista?
  • ¿Sientes la curiosidad de saber quién es tu hijo o hija o estás muy ocupado para tratar de moldearlo y ajustado a tus valores, esperanzas y sueños?
  • ¿Cree que su hijo o hija es un ser humano magnífico que tiene potencial para aprender y crecer en esta vida de retos?

Bonel, L. (2017). Disciplina positiva: educar con amabilidad y firmeza. heraldo.es.
https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2017/04/04/disciplina-positiva-educar-con-amabilidad-firmeza-1167426-310.html.

Burutxaga, I., Testor, C.P. Ibáñez, M., Diego, S. de, Fornells, M. G., Ballús, E., & Castillo, J. A. (2018). Apego y vínculo: Una propuesta de delimitación y diferenciación conceptual. Temas de Psicoanálisis.
https://www.temasdepsicoanalisis.org/2018/01/31/apego-y-vinculo-una-propuesta-de-delimitacion-y-diferenciacion-conceptual

Disciplina positiva: una herramienta para los padres – Fundación Clínica de la Familia.

https://www.fundacionclinicadelafamilia.org/disciplina-positiva-una-herramienta-para-los-padres/

UNICEF. (2019). Herramientas para la Crianza Positiva y el Buen Trato.

https://www.unicef.org/mexico/herramientas-para-la-crianza-positiva-y-el-buentrato

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Disciplina positiva: Cómo implementarla en casa con hijos e hijas

abril 28, 2023

Comprendamos sus conceptos y pongámoslos en práctica

“Lo mejor es que tus hijos se acerquen a ti con respeto y amor… no con miedo y temor”.

-Johannes Ruiz Pitre-

¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “cuando sea papá o mamá, yo no seré como fueron conmigo”? Sabemos, y lo hemos reiterado en múltiples ocasiones, que no existen padres ni madres perfectos, pero frases como la anterior nos han invitado a replantearnos la manera en que se cría.

En nuestra cuarta sesión de Escuela para Crecer en Familia Monclair buscamos reflexionar y buscar herramientas que nos permitan educar y acompañar desde una paternidad y maternidad desde el amor y el respeto.

Recordemos que las sesiones que brinda el Colegio Monclair no son la solución mágica ni pretenden juzgar la crianza que se da a los hijos e hijas. El objetivo sigue siendo brindar las herramientas necesarias para disfrutar y hacer del proceso de crianza la mejor experiencia, tomando decisiones basadas en información precisa y actualizada que pueda ayudar a afrontar mejor los retos actuales de la parentalidad.

Comenzamos definiendo y comprendiendo qué se entiende por disciplina positiva y clarificando qué no lo es. Como lo mencionó la ponente Lucy Frausto, Educadora de Familias en crianza positiva y Coach de Vida, la disciplina positiva no es dejar que hijos e hijas hagan lo que quieran cuando quieran, tampoco es esperar y darles la responsabilidad de resolver situaciones para las que su nivel de madurez aún no les es posible.

La disciplina positiva se debe entender como “la doctrina o enseñanza que ayuda a entender la conducta inadecuada de infancias y jóvenes, promueve actitudes positivas hacia ellos y les enseña a tener buena conducta, responsabilidad y destrezas interpersonales por medio de los principios de generosidad, estímulo y respeto mutuo”.  (Clínica de la familia. 2020)

¿Qué significa esto? Pues que la disciplina positiva busca que padres y madres de familia tengan herramientas que los apoyen a guiar a sus hijos e hijas en forma positiva y efectiva y ayudarlos a ganar valor, confianza y destrezas, es decir, para ser seres humanos efectivos, felices y miembros contribuyentes al bienestar de su familia y la sociedad.

Esto exige siempre recordar y tener en cuenta algunos puntos importantes:

Cuando como papás o mamás generan relaciones con sus hijos e hijas en las que mantienen estos tres aspectos presentes, se forma un vínculo y se favorece ese equilibrio entre ser firme y ser amable.

Entendiendo que como adultos nuestro papel no es “barrer” todos los obstáculos que hijos e hijas se puedan encontrar en su camino, sino ser ese referente que, por medio de la combinación de la firmeza y la amabilidad, les inculca un ejemplo de respeto por ellos y nosotros mismos y que les da la confianza para intentar solucionar por ellos y ellas mismas.

¡Imaginemos el reto que representa para padres y madres lograr este equilibrio! La ponente expuso un ejemplo de la posible reacción que se puede llegar a dar cuando hijos o hijas se encuentran ante una nueva experiencia o reto en la que se piensa en un primer momento que es una ayuda en cuanto a prever futuros escenarios y qué puede implicar.

“Se viene el campamento por la graduación de sexto de primaria y es la primera vez que nuestro hijo o hija viaja con el grupo” Pensemos qué haría yo previo a este viaje.

Es muy probable que ante este panorama, papás y mamás busquen dar herramientas para que los menores no se sientan desprevenidos: si pasa “A” entonces haz “B”, pero si “C” no te asustes porque es normal pero avisa a… o haz…

Si bien este tipo de respuesta es algo esperado implica que se le está diciendo al menor qué es lo que les puede pasar, cómo se pueden sentir y qué deben hacer con relación a una situación determinada, lo que les quita la oportunidad de aprender y desarrollar su propio juicio respecto a lo que están viviendo.

Se recomienda que en su lugar, estemos atentos y atentas a lo que nos cuentan y aprendamos a leerlos de tal manera que cuando presenten una situación adversa o nueva sean capaces de desarrollar su propio criterio.

La manera en que podemos apoyarlos es a través de preguntas que les ayuden a comprender lo que están atravesando y a la vez nos permitan enterarnos de lo que nuestros hijos o hijas viven:

  • ¿Qué está pasando?
  • ¿Qué piensas de eso que está pasando?
  • ¿Cómo te sientes acerca de eso que está pasando?
  • ¿Cómo puedes usar este conocimiento la próxima vez?

Evitar hacer preguntas inapropiadas que pueden llegar a herir los sentimientos de las personas y hacerlas sentir indefensas o inadecuadas, por ejemplo:

  • ¿Por qué hiciste eso?
  • ¿Por qué te sientes de esa forma? ¿Por qué te enojas o tienes coraje?
  • ¿Por qué piensas así?

Tras explorar cómo es que estas preguntas nos pueden hacer sentir a nosotros como adultos, la invitación fue imaginar cómo es que podría hacer sentir a un pequeño o pequeña que busca agradar a sus cuidadores y se dio la palabra para escuchar de voz de los padres, madres y colaboradores que nos dimos cita qué es lo que hasta ese momento qué de lo que se había aprendido nos parecía  nuevo o más relevante.

Después de una escucha respetuosa la palabra “consecuencias” se hizo presente ¿Qué es realmente una consecuencia? ¿Qué no es lo mismo una consecuencia que un castigo? ¿Cómo saber qué o quién establece las consecuencias? 

Para dar respuesta a estas interrogantes, la facilitadora de la sesión explicó la clasificación de que se puede dar a las consecuencias:

  • Consecuencias naturales. Son sencillas y efectivas en el proceso de aprendizaje y ocurren de manera natural: si te paras bajo la lluvia, te mojas; cuando olvidas comer, te da hambre; si no lavas la ropa, se mantiene sucia. Les ayuda a comprender que algunas cosas no están bajo nuestro o su control.
  • Consecuencias lógicas. Son más complicadas y requieren de las acciones de madres y padres debido a que la consecuencia natural no es apropiada por poner en situaciones de riesgo al menor o a quienes lo rodean, pero deben estar relacionadas de alguna manera con la situación que las ocasionó. Ir al dentista porque nuestro hijo o hija jugó demasiado rudo y se lastimó.

Sea cual sea la consecuencia con la que se enfrente nuestro hijo o hija, es importante que como padres y madres demos atención y seguimiento a estas.

Ofrecer esa atención y seguimiento puede reducir grandes frustraciones y conflictos con los niños y niñas en el momento en que se les enseña cualquier destreza positiva de la vida. Significa que los padres deciden qué van a hacer hijos e hijas y entonces dar supervisión con generosidad y acción firme en lugar de darles un sermón o un castigo.

A continuación se presenta una tabla con cuatro pasos para dar un seguimiento efectivo y  cuatro obstáculos que desafían la efectividad de dar seguimiento:

Dar seguimiento efectivo a las consecuencias que enfrentan nuestros hijos e hijas nos ayuda a conectar, a establecer un vínculo efectivo a través del cual permite la existencia de emociones adecuadas que disponen a hijos e hijas a aprender. Por lo tanto, será necesario ese vínculo para inspirarles, interactuar y convivir.

Siendo este vínculo una conexión tan importante, Lucy Frausto nos facilita una serie de acciones que apoyarán en el desarrollo de ese vínculo.

Un vínculo efectivo implica:

  1. Tener una relación respetuosa y amigable que genera confianza y certeza.
  2. Hacer equipo para su relación como familia.
  3. Compartir experiencias de aprendizaje y que puedan inspirar la toma de decisiones y de consciencia adecuada.
  4. Promover la escucha entre madres y padres con sus hijos e hijas asertivamente.
  5. El vínculo está centrado en el objetivo: fomentar la construcción de la persona fortalecida en valores y crecimiento.
  6. Garantizar el respeto mutuo.
  7. Mantener las responsabilidades en casa.
  8. Sorprender periódicamente con actividades, temas y comentarios que sorprendan.

Conectar con nuestra propia experiencia como hijos y permitirnos ser visto por ellos como seres empáticos y humanos con los cuales pueden vincularse, apoyados en un estilo de crianza que equilibre la firmeza con la amabilidad, es el camino para ayudar a nuestros hijos e hijas a sentirse capaces y autónomos. 

A manera de cierre la invitación fue a reflexionar con ayuda de las siguientes preguntas:

  • ¿Alguna vez te has metido dentro del mundo de tu hijo o hija y has tratado de respetar y entender su punto de vista?
  • ¿Sientes la curiosidad de saber quién es tu hijo o hija o estás muy ocupado para tratar de moldearlo y ajustado a tus valores, esperanzas y sueños?
  • ¿Cree que su hijo o hija es un ser humano magnífico que tiene potencial para aprender y crecer en esta vida de retos?

Bonel, L. (2017). Disciplina positiva: educar con amabilidad y firmeza. heraldo.es.
https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2017/04/04/disciplina-positiva-educar-con-amabilidad-firmeza-1167426-310.html.

Burutxaga, I., Testor, C.P. Ibáñez, M., Diego, S. de, Fornells, M. G., Ballús, E., & Castillo, J. A. (2018). Apego y vínculo: Una propuesta de delimitación y diferenciación conceptual. Temas de Psicoanálisis.
https://www.temasdepsicoanalisis.org/2018/01/31/apego-y-vinculo-una-propuesta-de-delimitacion-y-diferenciacion-conceptual

Disciplina positiva: una herramienta para los padres – Fundación Clínica de la Familia.

https://www.fundacionclinicadelafamilia.org/disciplina-positiva-una-herramienta-para-los-padres/

UNICEF. (2019). Herramientas para la Crianza Positiva y el Buen Trato.

https://www.unicef.org/mexico/herramientas-para-la-crianza-positiva-y-el-buentrato

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2023-05-03T01:40:38+00:00
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